Inflamación y Enfermedad Renal Crónica

La inflamación es un mecanismo de defensa que, a través de la producción de citoquinas pro-inflamatorias, intenta eliminar o combatir un estímulo e iniciar el proceso curativo. Inicialmente la producción de estas proteínas tiene un efecto beneficioso para el organismo, pero su elevación crónica deriva en consecuencias perjudiciales para la salud.

La inflamación crónica, que normalmente no tiene síntomas evidentes para las personas, es el punto de partida de otras enfermedades crónicas, como la diabetes o las enfermedades cardiovasculares. Consiste en la presencia permanente de estímulos pro-inflamatorios, lo que termina generando destrucción celular y de tejido.

Según el estudio “Inflamación en diálisis”, de Juan Jesús Carrero y María Elena González, “la inflamación sistémica es una característica clínica habitual en los pacientes en diálisis” y tiene un origen multifactorial que se relaciona, entre otros, con la pérdida de la función renal, comorbilidades o el procedimiento de la diálisis.

En algunos pacientes en hemodiálisis, la infección dental –como la periodontitis– también se asocia a elevados marcadores de inflamación sistémica aguda, según lo que se expone en el artículo “¿La periodontitis refleja la inflamación y el estado de desnutrición en pacientes en hemodiálisis?”, publicado en la American Journal of Kidney Diseases.

Las restricciones alimenticias en la enfermedad renal crónica, como la dieta baja en potasio o fósforo, también pueden alterar la flora intestinal y favorecer el sobrecrecimiento bacteriano en el intestino. Además, el exceso de tejido graso abdominal se asocia a una mayor inflamación sistémica en los pacientes en diálisis. 

Algunas de las principales consecuencias de la inflamación en la enfermedad renal crónica son: síndrome de malnutrición-inflamación-aterosclerosis (MIA), caracterizado por la presencia de pérdida de masa muscular, de peso y/o grasa; la calcificación vascular, depósito de sales de fosfato de calcio en la pared de las arterias; o alteraciones en el sistema endocrino, el estado urémico se asocia a alteraciones en el funcionamiento de diversos sistemas hormonales.

El síndrome de la trioodotironina (T3) baja y del hopotiroidismo subclínico, cuadros clínicos bastante frecuentes en los pacientes con enfermedad renal crónica, también podrían ser provocados por inflamación crónica.

* Fuentes utilizadas para la redacción del artículo:

-https://www.nefrologiaaldia.org/
-https://www.ajkd.org/
-https://revistanefrologia.com/.


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