La Enfermedad Renal Crónica (ERC) puede generar trastornos en la piel, tan incómodos que deterioran la calidad de vida de los pacientes y su salud mental. La más común es el prurito urémico, que consiste en picazón y resequedad en la piel, producida como efecto secundario de la patología renal o del tratamiento de diálisis.
Los estudios médicos estiman que el prurito urémico está presente entre el 42% y 52% de los adultos con ERC. Su causa es multifactorial y parcialmente conocida: puede deberse a cambios en las glándulas sudoríparas o sebáceas. Otros estudios indican que entre los factores que favorecen su aparición está el calcio liberado por los huesos, el que se deposita en los vasos sanguíneos, las articulaciones y la piel. Además, se puede agregar la presencia de alta concentración de paratirina –hiperparatiroidismo secundario– o una alta concentración de fósforo en la sangre –hiperfosfatemia–, así como el déficit de hierro y la inflamación generalizada.
El prurito urémico puede ocurrir en forma intermitente, durar minutos u horas, ser diurno o nocturno, y generalizado o localizado en lugares como el dorso, extremidades, tórax o cabeza. Además, origina daño por escoriaciones e infecciones. Cuando aparece por la noche genera alteraciones del sueño, provocando fatiga crónica física y mental, e incluso, si se asocia a trastornos del sueño, puede aumentar el riesgo de mortalidad del paciente.
Son muy pocas las alternativas que han mostrado efectividad real en el manejo del prurito y en su gran mayoría los tratamientos se orientan hacia el control de los síntomas, entre los que se encuentra: aplicación de ungüentos, fototerapia, mejoramiento del estado nutricional, y control de los niveles de calcio y fósforo.
También puede minimizar las molestias con tratamientos alternativos, pero complementarios a los farmacológicos. Algunas de las recomendaciones son: preferir la ducha antes que los baños con agua caliente –y si lo hace, añada bicarbonato sódico o avena al agua del baño–, usar ropa de algodón o de tejidos naturales, evitar los perfumes fuertes de los detergentes y los jabones. Las lociones pueden provocar reacciones alérgicas o agravar la patología. Procure limpiar diariamente su piel y usar cremas hidratantes. No se rasque porque eso empeora la picazón y puede provocar heridas. Y, por último, mantenga sus uñas cortas para no generar escoriaciones.